INTRODUCCION
Lo que en esta oportunidad comparto contigo es un artículo escrito por
Connie Podesta, reconocida Coach, Mentor, escritora y conferencista motivacional en Estados Unidos, que tiene como principales destinatarios a aquellas personas que
trabajan en relación de dependencia, más allá de que el tema de fondo puede ser
aplicado a cualquier forma de trabajo.
Estos tipo de artículos están escritos en términos generales por lo que no
considera casos puntuales donde, incluso los directivos o gerentes de compañías
no saben manejar estas situaciones con habilidad o el cuidado que todo ser
humano debería recibir en un proceso de cambio. Cuántas veces son ellos los que
están asustados, y su derecho lo tienen, si finalmente todos son empleados en una
compañía.
Este articulo apunta a la identificación y tomar contacto con los miedos
derivados de los cambios en el mundo corporativo, no tanto desarrollándolos
pero si exponiéndolos para que se los trabaje.
No se trata de estar contento, o no, con el cambio. El cambio no
pregunta si lo quiero o no, el cambio es un hecho. Entonces mejor formar parte
del cambio que luchar contra él pues finalmente quedaré afuera pudiendo esto
derivar no sólo en problemas adicionales sino en enfermedades lo cual es aún
peor.
El otro gran punto es la comunicación. Todos pensamos que al hablar nos
comunicamos y eso error. El proceso de comunicación lo
convalida quien recibe la instrucción, la entiende y la aplica. El que habla,
sólo dice lo que quiere, pretende o piensa. Es en ese punto central en donde se
requiere de la amalgama, algunos dirán las habilidades, para que el efecto comunicación se produzca.
Finalmente aborda un suerte de verle la parte positiva al cambio. No
porque uno estuviese harto o cansado de lo que estaba haciendo o de la gente
que tenía alrededor, pues si esto sucedía quiere decir que había decisiones individuales no
tomadas. Lo positivo en este caso tiene que ver con la adrenalina positiva que
el cambio puede generar en la pasión, en el desafío, en el crecimiento.
Pero convengamos, cuando se habla de cambios no siempre estamos hablando
de lo mismo. Empresas gigantescas entran muchas veces en cambios de
estructuras, funcionales, de reporte, etc., en los que en la práctica no se ha
producido cambio alguno. Raramente esos cambios generen pasión y desafío. Es
más, he visto muchos de estos programas que luego de seis meses de haber sido
implementados fracasaron y los “genios” de esta instrumentación son
o reacomodados en otras áreas o mantienen su mismo status. No es de esto que
habla este artículo.
La traducción que he dado a este articulo escrito en inglés es libre
pero respetando toda su línea argumental y coherencia.
Espero no necesariamente que les guste, sino que encuentren en el mismo
esa línea, esa mención, que pueda ser de utilidad a ti o aquel con quien
quieras compartirlo.
Paso entonces a compartir el artículo de Connie Podesta.
Te guste o no, el cambio es una parte integral del clima de
negocios en el que hoy se vive. Aquellos empleados que abracen y sean
iniciadores de cambio prosperarán, mientras que aquellos que se quejen y vivan
atemorizados por el cambio podrían estar enfilándose hacia la línea de desempleados.
Los empleadores creen fuertemente acerca de la necesidad de contar con
empleados que sean exitosos agentes de cambio para con sus equipos y sus
organizaciones como un todo.
Ahora, qué es exactamente ser un Agente de Cambio?
Un agente de cambio es aquel que representa los intereses de otra
persona y/u organización, y su trabajo es cuidar del negocio convirtiéndose en
un facilitador del cambio. Te has preguntado si te consideras ser un agente de
cambio para la empresa para la cual trabajas? Pueden otros colaboradores contar
contigo para asegurarse de que las cosas fluyan en esa dirección? Continuas
cuidando del negocio viviendo en el medio del cambio?
Si bien algunos empleados han sido condicionados a tener miedo al
cambio, no se debe perder de vista el hecho de que el cambio es normal, y que
la mayoría de nosotros experimentaremos cambios impredecibles, tanto en lo que
hace a nuestra vida personal como profesional. En el puesto de trabajo los
cambios pueden ocurrir como consecuencia de nuevas formas de encarar las cosas,
los avances en la tecnología, innovación y progreso, conocimiento y
comunicación, así como fusiones o adquisiciones, despidos o reducción de
estructuras. Estos cambios en las organizaciones pueden afectar tanto nuestras vidas
profesionales como personales. También pueden conducirnos a sentimientos de
tristeza, frustración, pesar y enojo, sobre todo, cuando se pierde el puesto de
trabajo, o peor aún cuando una organización en su conjunto deja de operar. Por
lo ello, conversemos ahora sobre cómo podemos convertir en normal o habitual
la experiencia de cambio para que pueda ser manejada como positiva y
ser lo más beneficiosa posible.
QUE ES LO QUE ESTA MAL CON EL CAMBIO?
Los empleadores quieren el compromiso de sus empleados hacia el cambio
cada vez que es necesario. Sabiendo esto, por qué es que hay tanta gente que se
resiste a ello? La razón numero uno es el miedo, a pesar de que también muy
poca gente está dispuesta a aceptar esa realidad. Ninguno de nosotros quiere
reconocer que dudamos de nuestra capacidad para acoplarnos a nuevas ideas, el
uso de nueva tecnología o adaptarnos a una nueva organización. Ni siquiera
queremos pensar sobre lo que viene por delante: un nuevo management, nuevas
formas de hacer cosas, nuevos códigos corporativos, nuevos cargos, así
como descripción de puestos.
El miedo puede incluir varios componentes.
-Miedo a
lo desconocido: Qué le podrá pasar a la organización a la que pertenezco, a mi puesto de trabajo
como lo concibo actualmente? Qué tan seguro es mi futuro?
-Miedo a
no sentir tener las cosas bajo control: Qué
debería hacer? Debería sólo quedarme ahí esperando mientras
ellos toman las decisiones que podrían muy seriamente afectar mi vida?
-Miedo a
no ser la persona adecuada: Yo sé
como hacer mi actual trabajo, pero estaré a la altura de llevarlo a cabo de la
forma en que se espera de mi cuando el cambio se produzca? Y si no puedo, que
pasará entonces?
-Miedo a
que te saquen de tu zona de confort. He
estado haciendo mi trabajo de esta forma durante años, y soy muy bueno
haciéndolo. Por qué tiene que ser cambiado lo que ha funcionado tan bien por
tanto tiempo?
Más, definitivamente, estos no son los tiempos para “arrastrar tus
pies” pues los directivos ya no se inclinan a tomar a sus empleados
de la mano para conducirlos a través del proceso de cambio.
LA COMUNICACIÓN ES CLAVE
No hay duda que los empleados normalmente ven al cambio con una
perspectiva totalmente distinta a como lo ven sus directivos, gerentes o
supervisores.
Muchos de esos empleados incluso consideran que este grupo que dirige no
entiende el lado de su historia, y a su vez los directivos normalmente
consideran que son los empleados los que no entienden del por qué de la
necesidad del cambio.
Es por ello que la comunicación es vital en cualquier proceso de
cambio de circunstancias. Se dice que la falta de una comunicación efectiva es
la primera razón por la cual las relaciones personales pueden devenir en
problemas, y esto mismo se aplica cuando se trata de empleadores y empleados.
El cambio requerirá de una comunicación abierta, franca de ambos lados.
Lamentablemente, el miedo tiene el poder de “congelar” a los empleados en su
camino y los lleva a evitar el expresar sus ideas y opiniones. Cuando nos
enfrentamos al cambio deberíamos hacernos siempre esta importante
pregunta: Tiene a caso mi resistencia al cambio algo
que ver con mis miedos? Esa si que es una pregunta fuerte y de esas que no es
fácil contestar con honestidad. Es natural tener miedo a lo desconocido como a
la ausencia de control. Sabemos que no seremos tan hábiles como lo veníamos
siendo mientras nos encontremos en el proceso de aprendizaje de hacer las cosas
de una nueva forma. Sabemos que en este proceso nos tendremos que esforzar
más. Deseamos liberar el presente para abrazar el futuro? Puede que
no sepamos que nos depare el futuro, pero si somos responsables por lo que
nosotros traemos al futuro.
EL LADO POSITIVO DEL CAMBIO
Si tu cotidianamente describes a tu actual trabajo como aburrido,
mundano, o irrelevante, entonces quizás un cambio para ti sea bueno. Una de las
cosas más positivas del cambio es que nunca es aburrido. Todo lo contrario,
puede llegar a crear pasión. Y la pasión acompañada de emoción, creatividad y
energía que la acompañen, es la chispa que nos mantiene en movimiento.
La pasión podría llamarse la carga de las baterías de nuestra vida. Sin
esa carga es difícil lograr que “nuestros motores” se encuentren encendidos. La carga para encenderse es generada por el desafío
que significa el aprendizaje de nuevas cosas producidas por el cambio,
conociendo nueva gente, creciendo profesionalmente y asumiendo riesgos que nos
empujan a cada uno de nosotros a lograr nuestro mayor potencial. Nada de eso
puede suceder salvo y hasta que estemos dispuestos a experimentar el miedo que
inevitablemente surge cuando nos movemos de nuestra zona de confort. Si no hay
riesgo, no hay miedo, no hay pasión, y si no hay pasión no hay diversión.
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